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Hechos 2:32-47 Nueva Versión Internacional (NVI)

32. A este Jesús, Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos.

33. Exaltado por el poder de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen.

34. David no subió al cielo, y sin embargo declaró:»“Dijo el Señor a mi Señor:Siéntate a mi derecha,

35. hasta que ponga a tus enemigospor estrado de tus pies.”

36. »Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.»

37. Cuando oyeron esto, todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:—Hermanos, ¿qué debemos hacer?

38. —Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.

39. En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.

40. Y con muchas otras razones les exhortaba insistentemente:—¡Sálvense de esta generación perversa!

41. Así, pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas.

42. Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración.

43. Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles.

44. Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común:

45. vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.

46. No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad,

47. alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.

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