Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 10:29-40 Nueva Versión Internacional (NVI)

29. Por eso, cuando mandaron por mí, vine sin poner ninguna objeción. Ahora permítanme preguntarles: ¿para qué me hicieron venir?

30. Cornelio contestó:—Hace cuatro días a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo en casa orando. De repente apareció delante de mí un hombre vestido con ropa brillante,

31. y me dijo: “Cornelio, Dios ha oído tu oración y se ha acordado de tus obras de beneficencia.

32. Por lo tanto, envía a alguien a Jope para hacer venir a Simón, apodado Pedro, que se hospeda en casa de Simón el curtidor, junto al mar.”

33. Así que inmediatamente mandé a llamarte, y tú has tenido la bondad de venir. Ahora estamos todos aquí, en la presencia de Dios, para escuchar todo lo que el Señor te ha encomendado que nos digas.

34. Pedro tomó la palabra, y dijo:—Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos,

35. sino que en toda nación él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia.

36. Dios envió su mensaje al pueblo de Israel, anunciando las buenas nuevas de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.

37. Ustedes conocen este mensaje que se difundió por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan.

38. Me refiero a Jesús de Nazaret: cómo lo ungió Dios con el Espíritu Santo y con poder, y cómo anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

39. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. Lo mataron, colgándolo de un madero,

40. pero Dios lo resucitó al tercer día y dispuso que se apareciera,

Leer capítulo completo Hechos 10