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Hebreos 5:1-5 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Todo sumo sacerdote es escogido de entre los hombres. Él mismo es nombrado para representar a su pueblo ante Dios, y ofrecer dones y sacrificios por los pecados.

2. Puede tratar con paciencia a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está sujeto a las debilidades humanas.

3. Por tal razón se ve obligado a ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como también por los del pueblo.

4. Nadie ocupa ese cargo por iniciativa propia; más bien, lo ocupa el que es llamado por Dios, como sucedió con Aarón.

5. Tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino que Dios le dijo:«Tú eres mi hijo;hoy mismo te he engendrado.»

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