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Apocalipsis 9:6-19 Nueva Versión Internacional (NVI)

6. En aquellos días la gente buscará la muerte, pero no la encontrará; desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.

7. El aspecto de las langostas era como de caballos equipados para la guerra. Llevaban en la cabeza algo que parecía una corona de oro, y su cara se asemejaba a un rostro humano.

8. Su crin parecía cabello de mujer, y sus dientes eran como de león.

9. Llevaban coraza como de hierro, y el ruido de sus alas se escuchaba como el estruendo de carros de muchos caballos que se lanzan a la batalla.

10. Tenían cola y aguijón como de escorpión; y en la cola tenían poder para torturar a la gente durante cinco meses.

11. El rey que los dirigía era el ángel del abismo, que en hebreo se llama Abadón y en griego Apolión.

12. El primer ¡ay! ya pasó, pero vienen todavía otros dos.

13. Tocó el sexto ángel su trompeta, y oí una voz que salía de entre los cuernos del altar de oro que está delante de Dios.

14. A este ángel que tenía la trompeta, la voz le dijo: «Suelta a los cuatro ángeles que están atados a la orilla del gran río Éufrates.»

15. Así que los cuatro ángeles que habían sido preparados precisamente para esa hora, y ese día, mes y año, quedaron sueltos para matar a la tercera parte de la humanidad.

16. Oí que el número de las tropas de caballería llegaba a doscientos millones.

17. Así vi en la visión a los caballos y a sus jinetes: Tenían coraza de color rojo encendido, azul violeta y amarillo como azufre. La cabeza de los caballos era como de león, y por la boca echaban fuego, humo y azufre.

18. La tercera parte de la humanidad murió a causa de las tres plagas de fuego, humo y azufre que salían de la boca de los caballos.

19. Es que el poder de los caballos radicaba en su boca y en su cola; pues sus colas, semejantes a serpientes, tenían cabezas con las que hacían daño.

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