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Apocalipsis 1:2-14 Nueva Versión Internacional (NVI)

2. quien por su parte da fe de la verdad, escribiendo todo lo que vio, a saber, la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

3. Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de este mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.

4. Yo, Juan, escribo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia:Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir; y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono;

5. y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra.Al que nos amay que por su sangrenos ha librado de nuestros pecados,

6. al que ha hecho de nosotros un reino,sacerdotes al servicio de Dios su Padre,¡a él sea la gloria y el poderpor los siglos de los siglos! Amén.

7. ¡Miren que viene en las nubes!Y todos lo verán con sus propios ojos,incluso quienes lo traspasaron;y por él harán lamentacióntodos los pueblos de la tierra.¡Así será! Amén.

8. «Yo soy el Alfa y la Omega —dice el Señor Dios—, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.»

9. Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino y en la perseverancia que tenemos en unión con Jesús, estaba en la isla de Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.

10. En el día del Señor vino sobre mí el Espíritu, y oí detrás de mí una voz fuerte, como de trompeta,

11. que decía: «Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia y a Laodicea.»

12. Me volví para ver de quién era la voz que me hablaba y, al volverme, vi siete candelabros de oro.

13. En medio de los candelabros estaba alguien «semejante al Hijo del hombre», vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido con una banda de oro a la altura del pecho.

14. Su cabellera lucía blanca como la lana, como la nieve; y sus ojos resplandecían como llama de fuego.

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