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2 Corintios 3:1-12 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. ¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos?

2. Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos.

3. Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.

4. Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo.

5. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.

6. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.

7. El ministerio que causaba muerte, el que estaba grabado con letras en piedra, fue tan glorioso que los israelitas no podían mirar la cara de Moisés debido a la gloria que se reflejaba en su rostro, la cual ya se estaba extinguiendo.

8. Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu?

9. Si es glorioso el ministerio que trae condenación, ¡cuánto más glorioso será el ministerio que trae la justicia!

10. En efecto, lo que fue glorioso ya no lo es, si se le compara con esta excelsa gloria.

11. Y si vino con gloria lo que ya se estaba extinguiendo, ¡cuánto mayor será la gloria de lo que permanece!

12. Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza.

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