Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

2 Corintios 2:10-16 Nueva Versión Internacional (NVI)

10. A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo,

11. para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas.

12. Ahora bien, cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, descubrí que el Señor me había abierto las puertas.

13. Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a mi hermano Tito, por lo cual me despedí de ellos y me fui a Macedonia.

14. Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento.

15. Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden.

16. Para éstos somos olor de muerte que los lleva a la muerte; para aquéllos, olor de vida que los lleva a la vida. ¿Y quién es competente para semejante tarea?

Leer capítulo completo 2 Corintios 2