30. Pero si envías tu Espíritu, son creados,y así renuevas la faz de la tierra.
31. Que la gloria del Señor perdure eternamente;que el Señor se regocije en sus obras.
32. Él mira la tierra y la hace temblar;toca los montes y los hace echar humo.
33. Cantaré al Señor toda mi vida;cantaré salmos a mi Dios mientras tenga aliento.
34. Quiera él agradarse de mi meditación;yo, por mi parte, me alegro en el Señor.
35. Que desaparezcan de la tierra los pecadores;¡que no existan más los malvados!¡Alaba, alma mía, al Señor! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!