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Números 22:7-24 Nueva Versión Internacional (NVI)

7. Los ancianos de Moab y de Madián fueron a darle a Balán el mensaje que Balac le enviaba, y llevaron consigo dinero para pagarle sus conjuros.

8. Balán los invitó a pasar allí la noche, prometiendo comunicarles después lo que el Señor le dijera. Y los gobernantes se alojaron con él.

9. Dios se le apareció a Balán, y le dijo:—¿Quiénes son estos hombres que se alojan contigo?

10. Balán le respondió:—Son los mensajeros que envió Balac hijo de Zipor, que es el rey de Moab. Los envió a decirme:

11. “Un pueblo que salió de Egipto cubre ahora toda la tierra. Ven y échales una maldición por mí. Tal vez así pueda yo luchar contra ellos y echarlos fuera de mi territorio.”

12. Pero Dios le dijo a Balán:—No irás con ellos, ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.

13. Al otro día Balán se levantó y les dijo a los gobernantes enviados por Balac: «Regresen a su tierra, porque el Señor no quiere que yo vaya con ustedes.»

14. Los gobernantes moabitas regresaron adonde estaba Balac y le dijeron: «Balán no quiere venir con nosotros.»

15. Balac envió entonces a otros gobernantes, más numerosos y distinguidos que los primeros,

16. quienes fueron y le dijeron a Balán:—Esto es lo que dice Balac hijo de Zipor:“No permitas que nada te impida venir a verme,

17. porque yo te recompensaré con creces y haré todo lo que tú me pidas. Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo.”

18. Pero Balán le respondió:—Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada grande ni pequeño, sino ajustarme al mandamiento del Señor mi Dios.

19. Ustedes pueden también alojarse aquí esta noche, mientras yo averiguo si el Señor quiere decirme alguna otra cosa.

20. Aquella noche Dios se le apareció a Balán y le dijo: «Ya que estos hombres han venido a llamarte, ve con ellos, pero sólo harás lo que yo te ordene.»

21. Balán se levantó por la mañana, ensilló su burra, y partió con los gobernantes de Moab.

22. Mientras iba con ellos, la ira de Dios se encendió y en el camino el ángel del Señor se hizo presente, dispuesto a no dejarlo pasar. Balán iba montado en su burra, y sus dos criados lo acompañaban.

23. Cuando la burra vio al ángel del Señor en medio del camino, con la espada desenvainada, se apartó del camino para meterse en el campo. Pero Balán la golpeó para hacerla volver al camino.

24. El ángel del Señor se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra en ambos lados.

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