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Números 22:16-34 Nueva Versión Internacional (NVI)

16. quienes fueron y le dijeron a Balán:—Esto es lo que dice Balac hijo de Zipor:“No permitas que nada te impida venir a verme,

17. porque yo te recompensaré con creces y haré todo lo que tú me pidas. Te ruego que vengas y maldigas por mí a este pueblo.”

18. Pero Balán le respondió:—Aun si Balac me diera su palacio lleno de oro y de plata, yo no podría hacer nada grande ni pequeño, sino ajustarme al mandamiento del Señor mi Dios.

19. Ustedes pueden también alojarse aquí esta noche, mientras yo averiguo si el Señor quiere decirme alguna otra cosa.

20. Aquella noche Dios se le apareció a Balán y le dijo: «Ya que estos hombres han venido a llamarte, ve con ellos, pero sólo harás lo que yo te ordene.»

21. Balán se levantó por la mañana, ensilló su burra, y partió con los gobernantes de Moab.

22. Mientras iba con ellos, la ira de Dios se encendió y en el camino el ángel del Señor se hizo presente, dispuesto a no dejarlo pasar. Balán iba montado en su burra, y sus dos criados lo acompañaban.

23. Cuando la burra vio al ángel del Señor en medio del camino, con la espada desenvainada, se apartó del camino para meterse en el campo. Pero Balán la golpeó para hacerla volver al camino.

24. El ángel del Señor se detuvo en un sendero estrecho que estaba entre dos viñas, con cercos de piedra en ambos lados.

25. Cuando la burra vio al ángel del Señor, se arrimó contra la pared, con lo que lastimó el pie de Balán. Entonces Balán volvió a pegarle.

26. El ángel del Señor se les adelantó y se detuvo en un lugar más estrecho, donde ya no había hacia dónde volverse.

27. Cuando la burra vio al ángel del Señor, se echó al suelo con Balán encima. Entonces se encendió la ira de Balán y golpeó a la burra con un palo.

28. Pero el Señor hizo hablar a la burra, y ella le dijo a Balán:—¿Se puede saber qué te he hecho, para que me hayas pegado tres veces?

29. Balán le respondió:—¡Te has venido burlando de mí! Si hubiera tenido una espada en la mano, te habría matado de inmediato.

30. La burra le contestó a Balán:—¿Acaso no soy la burra sobre la que siempre has montado, hasta el día de hoy? ¿Alguna vez te hice algo así?—No —respondió Balán.

31. El Señor abrió los ojos de Balán, y éste pudo ver al ángel del Señor en el camino y empuñando la espada. Balán se inclinó entonces y se postró rostro en tierra.

32. El ángel del Señor le preguntó:—¿Por qué golpeaste tres veces a tu burra? ¿No te das cuenta de que vengo dispuesto a no dejarte pasar porque he visto que tus caminos son malos?

33. Cuando la burra me vio, se apartó de mí tres veces. De no haber sido por ella, tú estarías ya muerto y ella seguiría con vida.

34. Balán le dijo al ángel del Señor:—He pecado. No me di cuenta de tu presencia en el camino para cerrarme el paso. Ahora bien, como esto te parece mal, voy a regresar.

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