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Jueces 9:35-48 Nueva Versión Internacional (NVI)

35. Gaal hijo de Ébed había salido, y estaba de pie a la entrada de la puerta de la ciudad, precisamente cuando Abimélec y sus soldados salían de donde estaban al acecho.

36. Cuando Gaal los vio, le dijo a Zebul:—¡Mira, viene bajando gente desde las cumbres de las colinas!—Confundes con gente las sombras de las colinas —replicó Zebul.

37. Pero Gaal insistió, diciendo:—Mira, viene bajando gente por la colina Ombligo de la Tierra, y otra compañía viene por el camino de la Encina de los Adivinos.

38. Zebul le dijo entonces:—¿Dónde están ahora tus fanfarronerías, tú que decías: “¿Quién es Abimélec para que nos sometamos a él?” ¿No son ésos los hombres de los que tú te burlabas? ¡Sal y lucha contra ellos!

39. Gaal salió al frente de los señores de Siquén y peleó contra Abimélec;

40. pero éste los persiguió y, en la huida, muchos cayeron muertos por todo el camino, hasta la entrada de la puerta.

41. Abimélec se quedó en Arumá, y Zebul expulsó de Siquén a Gaal y a sus hermanos.

42. Al día siguiente el pueblo de Siquén salió a los campos, y fueron a contárselo a Abimélec.

43. Entonces Abimélec tomó a sus hombres, los dividió en tres compañías, y se puso al acecho en los campos. Cuando vio que el ejército salía de la ciudad, se levantó para atacarlo.

44. Abimélec y las compañías que estaban con él se apresuraron a ocupar posiciones a la entrada de la puerta de la ciudad. Luego dos de las compañías arremetieron contra los que estaban en los campos y los derrotaron.

45. Abimélec combatió contra la ciudad durante todo aquel día, hasta que la conquistó matando a sus habitantes; arrasó la ciudad y esparció sal sobre ella.

46. Al saber esto, los señores que ocupaban la torre de Siquén entraron en la fortaleza del templo de El Berit.

47. Cuando Abimélec se enteró de que ellos se habían reunido allí,

48. él y todos sus hombres subieron al monte Zalmón. Tomó un hacha, cortó algunas ramas, y se las puso sobre los hombros. A los hombres que estaban con él les ordenó: «¡Rápido! ¡Hagan lo mismo que me han visto hacer!»

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