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Jueces 9:10-26 Nueva Versión Internacional (NVI)

10. »Después los árboles le dijeron a la higuera:“Reina sobre nosotros.”

11. Pero la higuera les respondió:“¿He de renunciar a mi fruto,tan bueno y dulce,para ir a mecerme sobre los árboles?”

12. »Luego los árboles le dijeron a la vid:“Reina sobre nosotros.”

13. Pero la vid les respondió:“¿He de renunciar a mi vino,que alegra a los dioses y a los hombres,para ir a mecerme sobre los árboles?”

14. »Por último, todos los árboles le dijeron al espino:“Reina sobre nosotros.”

15. Pero el espino respondió a los árboles:“Si de veras quieren ungirme como su rey,vengan y refúgiense bajo mi sombra;pero si no, ¡que salga fuego del espino,y que consuma los cedros del Líbano!”

16. »Ahora bien, ¿han actuado ustedes con honradez y buena fe al coronar rey a Abimélec? ¿Han sido justos con Yerubaal y su familia, y lo han tratado como se merecía?

17. Mi padre luchó por ustedes, y arriesgando su vida los libró del poder de los madianitas.

18. Pero hoy ustedes se han rebelado contra la familia de mi padre; han matado a sus setenta hijos sobre una misma piedra, y han hecho de Abimélec, hijo de su esclava, el rey de los señores de Siquén sólo porque él es pariente de ustedes.

19. Si hoy han actuado con honradez y buena fe hacia Yerubaal y su familia, ¡que sean felices con Abimélec, y que también él lo sea con ustedes!

20. Pero si no, señores de Siquén y Bet Miló, ¡que salga fuego de Abimélec y los consuma, y que salga fuego de ustedes y consuma a Abimélec!»

21. Luego Jotán escapó, huyendo hasta Ber. Allí se quedó a vivir porque le tenía miedo a su hermano Abimélec.

22. Abimélec había ya gobernado a Israel tres años

23. cuando Dios interpuso un espíritu maligno entre Abimélec y los señores de Siquén, quienes lo traicionaron.

24. Esto sucedió a fin de que la violencia contra los setenta hijos de Yerubaal, y el derramamiento de su sangre, recayera sobre su hermano Abimélec, que los había matado, y sobre los señores de Siquén, que habían sido sus cómplices en ese crimen.

25. Los señores de Siquén le tendían emboscadas en las cumbres de las colinas, y asaltaban a todos los que pasaban por allí. Pero Abimélec se enteró de todo esto.

26. Aconteció que Gaal hijo de Ébed llegó a Siquén, junto con sus hermanos, y los señores de aquella ciudad confiaron en él.

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