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Jueces 15:1-14 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Pasado algún tiempo, durante la cosecha de trigo, Sansón tomó un cabrito y fue a visitar a su esposa.—Voy a la habitación de mi esposa —dijo él.Pero el padre de ella no le permitió entrar,

2. sino que le dijo:—Yo estaba tan seguro de que la odiabas, que se la di a tu amigo. ¿Pero acaso no es más atractiva su hermana menor? Tómala para ti, en lugar de la mayor.

3. Sansón replicó:—¡Esta vez sí que no respondo por el daño que les cause a los filisteos!

4. Así que fue y cazó trescientas zorras, y las ató cola con cola en parejas, y a cada pareja le amarró una antorcha;

5. luego les prendió fuego a las antorchas y soltó a las zorras por los sembrados de los filisteos. Así incendió el trigo que ya estaba en gavillas y el que todavía estaba en pie, junto con los viñedos y olivares.

6. Cuando los filisteos preguntaron: «¿Quién hizo esto?», les dijeron: «Sansón, el yerno del timnateo, porque éste le quitó a su esposa y se la dio a su amigo.»Por eso los filisteos fueron y la quemaron a ella y a su padre.

7. Pero Sansón les dijo: «Puesto que actuaron de esa manera, ¡no pararé hasta que me haya vengado de ustedes!»

8. Y los atacó tan furiosamente que causó entre ellos una tremenda masacre. Luego se fue a vivir a una cueva, que está en la peña de Etam.

9. Los filisteos subieron y acamparon en Judá, incursionando cerca de Lehí.

10. Los hombres de Judá preguntaron:—¿Por qué han venido a luchar contra nosotros?—Hemos venido a tomar prisionero a Sansón —les respondieron—, para hacerle lo mismo que nos hizo a nosotros.

11. Entonces tres mil hombres de Judá descendieron a la cueva en la peña de Etam y le dijeron a Sansón:—¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Por qué nos haces esto?—Simplemente les he hecho lo que ellos me hicieron a mí —contestó él.

12. Ellos le dijeron:—Hemos venido a atarte, para entregarte en manos de los filisteos.—Júrenme que no me matarán ustedes mismos —dijo Sansón.

13. —De acuerdo —respondieron ellos—. Sólo te ataremos y te entregaremos en sus manos. No te mataremos.Entonces lo ataron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la peña.

14. Cuando se acercaba a Lehí, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de victoria. En ese momento el Espíritu del Señor vino sobre él con poder, y las sogas que ataban sus brazos se volvieron como fibra de lino quemada, y las ataduras de sus manos se deshicieron.

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