Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Jueces 11:35-40 Nueva Versión Internacional (NVI)

35. Cuando Jefté la vio, se rasgó las vestiduras y exclamó:—¡Ay, hija mía, me has destrozado por completo! ¡Eres la causa de mi desgracia! Le juré algo al Señor, y no puedo retractarme.

36. —Padre mío —replicó ella—, le has dado tu palabra al Señor. Haz conmigo conforme a tu juramento, ya que el Señor te ha vengado de tus enemigos, los amonitas.

37. Pero concédeme esta sola petición —añadió—. Ya que nunca me casaré, dame un plazo de dos meses para retirarme a las montañas y llorar allí con mis amigas.

38. —Está bien, puedes ir —le respondió él.Y le permitió irse por dos meses. Ella y sus amigas se fueron a las montañas, y lloró porque nunca se casaría.

39. Cumplidos los dos meses volvió a su padre, y él hizo con ella conforme a su juramento. Ella era virgen.De allí se originó la costumbre israelita

40. de que todos los años, durante cuatro días, las muchachas de Israel fueran a conmemorar la muerte de la hija de Jefté de Galaad.

Leer capítulo completo Jueces 11