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Josué 24:19-31 Nueva Versión Internacional (NVI)

19. Entonces Josué les dijo:—Ustedes son incapaces de servir al Señor, porque él es Dios santo y Dios celoso. No les tolerará sus rebeliones y pecados.

20. Si ustedes lo abandonan y sirven a dioses ajenos, él se les echará encima y les traerá desastre; los destruirá completamente, a pesar de haber sido bueno con ustedes.

21. Pero el pueblo insistió:—¡Eso no pasará jamás! Nosotros sólo serviremos al Señor.

22. Y Josué les dijo una vez más:—Ustedes son testigos contra ustedes mismos de que han decidido servir al Señor.—Sí, sí lo somos —respondió toda la asamblea.

23. Josué replicó:—Desháganse de los dioses ajenos que todavía conservan. ¡Vuélvanse de todo corazón al Señor, Dios de Israel!

24. El pueblo respondió:—Sólo al Señor nuestro Dios serviremos, y sólo a él obedeceremos.

25. Aquel mismo día Josué renovó el pacto con el pueblo de Israel. Allí mismo, en Siquén, les dio preceptos y normas,

26. y los registró en el libro de la ley de Dios. Luego tomó una enorme piedra y la colocó bajo la encina que está cerca del santuario del Señor.

27. Entonces le dijo a todo el pueblo:—Esta piedra servirá de testigo contra ustedes. Ella ha escuchado todas las palabras que el Señor nos ha dicho hoy. Testificará contra ustedes en caso de que ustedes digan falsedades contra su Dios.

28. Después de todo esto, Josué envió a todo el pueblo a sus respectivas propiedades.

29. Tiempo después murió Josué hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años.

30. Fue sepultado en la parcela que se le había dado como herencia, en el lugar conocido como Timnat Sera, en la región montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas.

31. Durante toda la vida de Josué, el pueblo de Israel había servido al Señor. Así sucedió también durante el tiempo en que estuvieron al frente de Israel los jefes que habían compartido el liderazgo con Josué y que sabían todo lo que el Señor había hecho a favor de su pueblo.

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