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Jeremías 38:4-13 Nueva Versión Internacional (NVI)

4. Los jefes le dijeron al rey:—Hay que matar a este hombre. Con semejantes discursos está desmoralizando a los soldados y a todo el pueblo que aún quedan en esta ciudad. Este hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia.

5. El rey Sedequías respondió:—Lo dejo en sus manos. Ni yo, que soy el rey, puedo oponerme a ustedes.

6. Ellos tomaron a Jeremías y, bajándolo con cuerdas, lo echaron en la cisterna del patio de la guardia, la cual era de Malquías, el hijo del rey. Pero como en la cisterna no había agua, sino lodo, Jeremías se hundió en él.

7. El etíope Ebedmélec, funcionario de la casa real, se enteró de que habían echado a Jeremías en la cisterna. En cierta ocasión cuando el rey estaba participando en una sesión frente al portón de Benjamín,

8. Ebedmélec salió del palacio real y le dijo:

9. —Mi rey y señor, estos hombres han actuado con saña. Han arrojado a Jeremías en la cisterna, y allí se morirá de hambre, porque ya no hay pan en la ciudad.

10. Entonces el rey ordenó al etíope Ebedmélec:—Toma contigo tres hombres, y rescata de la cisterna al profeta Jeremías antes de que se muera.

11. Ebedmélec lo hizo así, y fue al depósito de ropa del palacio real, sacó de allí ropas y trapos viejos, y con unas sogas se los bajó a la cisterna a Jeremías.

12. Ebedmélec le dijo a Jeremías:—Ponte en los sobacos estas ropas y trapos viejos, para protegerte de las sogas.Así lo hizo Jeremías.

13. Los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de la cisterna. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

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