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Jeremías 26:10-19 Nueva Versión Internacional (NVI)

10. Cuando los jefes de Judá escucharon estas cosas, fueron del palacio del rey a la casa del Señor, y se apostaron a la entrada de la Puerta Nueva del templo.

11. Allí los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Este hombre debe ser condenado a muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, tal como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos.»

12. Pero Jeremías les dijo a todos los jefes y a todo el pueblo: «El Señor me envió para profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las cosas que ustedes han escuchado.

13. Así que enmienden ya su conducta y sus acciones, y obedezcan al Señor su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que les ha anunciado.

14. En cuanto a mí, estoy en manos de ustedes; hagan conmigo lo que mejor les parezca.

15. Pero sepan que si ustedes me matan, estarán derramando sangre inocente sobre ustedes mismos y sobre los habitantes de esta ciudad. Lo cierto es que el Señor me ha enviado a que les anuncie claramente todas estas cosas.»

16. Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor nuestro Dios.»

17. Entonces algunos de los ancianos del país se levantaron y le recordaron a toda la asamblea del pueblo

18. que, durante el reinado de Ezequías, Miqueas de Moréset había profetizado a todo el pueblo de Judá:«Así dice el SeñorTodopoderoso:“Sión será arada como un campo,Jerusalén quedará en ruinas,y la montaña del templo se volverá un bosque.”

19. »¿Acaso Ezequías, rey de Judá, y todo su pueblo mataron a Miqueas? ¿No es verdad que Ezequías temió al Señor y le pidió su ayuda, y que el Señor se arrepintió del mal que les había anunciado? Sin embargo, nosotros estamos por provocar nuestro propio mal.»

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