10. Tus ciudades santas han quedado devastadas,y hasta Sión se ha vuelto un desierto;Jerusalén es una desolación.
11. Nuestro santo y glorioso templo,donde te alababan nuestros padres,ha sido devorado por el fuego.Ha quedado en ruinastodo lo que más queríamos.
12. Ante todo esto, Señor, ¿no vas a hacer nada?¿Vas a guardar silencio y afligirnos sin medida?