Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Isaías 6:1-10 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo.

2. Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.

3. Y se decían el uno al otro:«Santo, santo, santo es el SeñorTodopoderoso;toda la tierra está llena de su gloria.»

4. Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.

5. Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!»

6. En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar.

7. Con ella me tocó los labios y me dijo:«Mira, esto ha tocado tus labios;tu maldad ha sido borrada,y tu pecado, perdonado.»

8. Entonces oí la voz del Señor que decía:—¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?Y respondí:—Aquí estoy. ¡Envíame a mí!

9. Él dijo:—Ve y dile a este pueblo:»“Oigan bien, pero no entiendan;miren bien, pero no perciban.”

10. Haz insensible el corazón de este pueblo;embota sus oídosy cierra sus ojos,no sea que vea con sus ojos,oiga con sus oídos,y entienda con su corazón,y se conviertay sea sanado.

Leer capítulo completo Isaías 6