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Isaías 40:1-13 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!—dice su Dios—.

2. Hablen con cariño a Jerusalén,y anúncienleque ya ha cumplido su tiempo de servicio,que ya ha pagado por su iniquidad,que ya ha recibido de la mano del Señorel doble por todos sus pecados.

3. Una voz proclama:«Preparen en el desiertoun camino para el Señor;enderecen en la estepaun sendero para nuestro Dios.

4. Que se levanten todos los valles,y se allanen todos los montes y colinas;que el terreno escabroso se niveley se alisen las quebradas.

5. Entonces se revelará la gloria del Señor,y la verá toda la humanidad.El Señor mismo lo ha dicho.»

6. Una voz dice: «Proclama.»«¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo.«Que todo mortal es como la hierba,y toda su gloria como la flor del campo.

7. La hierba se seca y la flor se marchita,porque el aliento del Señor sopla sobre ellas.Sin duda, el pueblo es hierba.

8. La hierba se seca y la flor se marchita,pero la palabra de nuestro Diospermanece para siempre.»

9. Sión, portadora de buenas noticias,¡súbete a una alta montaña!Jerusalén, portadora de buenas noticias,¡alza con fuerza tu voz!Álzala, no temas;di a las ciudades de Judá:«¡Aquí está su Dios!»

10. Miren, el Señor omnipotente llega con poder,y con su brazo gobierna.Su galardón lo acompaña;su recompensa lo precede.

11. Como un pastor que cuida su rebaño,recoge los corderos en sus brazos;los lleva junto a su pecho,y guía con cuidado a las recién paridas.

12. ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano,y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros?

13. ¿Quién puede medir el alcance del espíritu del Señor,o quién puede servirle de consejero?

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