22. Nosotros le dijimos que el joven no podía dejar a su padre porque, si lo hacía, seguramente su padre moriría.
23. Pero usted insistió y nos advirtió que, si no traíamos a nuestro hermano menor, nunca más seríamos recibidos en su presencia.
24. Entonces regresamos adonde vive mi padre, su siervo, y le informamos de todo lo que usted nos había dicho.
25. Tiempo después nuestro padre nos dijo: “Vuelvan otra vez a comprar un poco de alimento.”
26. Nosotros le contestamos: “No podemos ir si nuestro hermano menor no va con nosotros. No podremos presentarnos ante hombre tan importante, a menos que nuestro hermano menor nos acompañe.”
27. Mi padre, su siervo, respondió: “Ustedes saben que mi esposa me dio dos hijos.
28. Uno desapareció de mi lado, y no he vuelto a verlo. Con toda seguridad fue despedazado por las fieras.