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Génesis 38:8-22 Nueva Versión Internacional (NVI)

8. Entonces Judá le dijo a Onán: «Cásate con la viuda de tu hermano y cumple con tu deber de cuñado; así le darás descendencia a tu hermano.»

9. Pero Onán sabía que los hijos que nacieran no serían reconocidos como suyos. Por eso, cada vez que tenía relaciones con ella, derramaba el semen en el suelo, y así evitaba que su hermano tuviera descendencia.

10. Esta conducta ofendió mucho al Señor, así que también a él le quitó la vida.

11. Entonces Judá le dijo a su nuera Tamar: «Quédate como viuda en la casa de tu padre, hasta que mi hijo Selá tenga edad de casarse.» Pero en realidad Judá pensaba que Selá podría morirse, lo mismo que sus hermanos. Así que Tamar se fue a vivir a la casa de su padre.

12. Después de mucho tiempo, murió la esposa de Judá, la hija de Súa. Al concluir el tiempo de duelo, Judá fue al pueblo de Timnat para esquilar sus ovejas. Lo acompañó su amigo Hirá, el adulanita.

13. Cuando Tamar se enteró de que su suegro se dirigía hacia Timnat para esquilar sus ovejas,

14. se quitó el vestido de viuda, se cubrió con un velo para que nadie la reconociera, y se sentó a la entrada del pueblo de Enayin, que está en el camino a Timnat. Esto lo hizo porque se dio cuenta de que Selá ya tenía edad de casarse y aún no se lo daban a ella por esposo.

15. Cuando Judá la vio con el rostro cubierto, la tomó por una prostituta.

16. No sabiendo que era su nuera, se acercó a la orilla del camino y le dijo:—Deja que me acueste contigo.—¿Qué me das si te digo que sí? —le preguntó ella.

17. —Te mandaré uno de los cabritos de mi rebaño —respondió Judá.—Está bien —respondió ella—, pero déjame algo en garantía hasta que me lo mandes.

18. —¿Qué prenda quieres que te deje? —preguntó Judá.—Dame tu sello y su cordón, y el bastón que llevas en la mano —respondió Tamar.Judá se los entregó, se acostó con ella y la dejó embarazada.

19. Cuando ella se levantó, se fue inmediatamente de allí, se quitó el velo y volvió a ponerse la ropa de viuda.

20. Más tarde, Judá envió el cabrito por medio de su amigo adulanita, para recuperar las prendas que había dejado con la mujer; pero su amigo no dio con ella.

21. Entonces le preguntó a la gente del lugar:—¿Dónde está la prostituta de Enayin, la que se sentaba junto al camino?—Aquí nunca ha habido una prostituta así —le contestaron.

22. El amigo regresó adonde estaba Judá y le dijo:—No la pude encontrar. Además, la gente del lugar me informó que allí nunca había estado una prostituta como ésa.

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