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Génesis 38:20-30 Nueva Versión Internacional (NVI)

20. Más tarde, Judá envió el cabrito por medio de su amigo adulanita, para recuperar las prendas que había dejado con la mujer; pero su amigo no dio con ella.

21. Entonces le preguntó a la gente del lugar:—¿Dónde está la prostituta de Enayin, la que se sentaba junto al camino?—Aquí nunca ha habido una prostituta así —le contestaron.

22. El amigo regresó adonde estaba Judá y le dijo:—No la pude encontrar. Además, la gente del lugar me informó que allí nunca había estado una prostituta como ésa.

23. —Que se quede con las prendas —replicó Judá—; no es cuestión de que hagamos el ridículo. Pero que quede claro: yo le envié el cabrito, y tú no la encontraste.

24. Como tres meses después, le informaron a Judá lo siguiente:—Tu nuera Tamar se ha prostituido, y como resultado de sus andanzas ha quedado embarazada.—¡Sáquenla y quémenla! —exclamó Judá.

25. Pero cuando la estaban sacando, ella mandó este mensaje a su suegro: «El dueño de estas prendas fue quien me embarazó. A ver si reconoce usted de quién son este sello, el cordón del sello, y este bastón.»

26. Judá los reconoció y declaró: «Su conducta es más justa que la mía, pues yo no la di por esposa a mi hijo Selá.» Y no volvió a acostarse con ella.

27. Cuando llegó el tiempo de que Tamar diera a luz, resultó que tenía mellizos en su seno.

28. En el momento de nacer, uno de los mellizos sacó la mano; la partera le ató un hilo rojo en la mano, y dijo: «Éste salió primero.»

29. Pero en ese momento el niño metió la mano, y salió primero el otro. Entonces la partera dijo: «¡Cómo te abriste paso!» Por eso al niño lo llamaron Fares.

30. Luego salió su hermano, con el hilo rojo atado en la mano, y lo llamaron Zera.

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