Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 30:15-32 Nueva Versión Internacional (NVI)

15. Pero Lea le contestó:—¿Te parece poco el haberme quitado a mi marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?—Bueno —contestó Raquel—, te propongo que, a cambio de las mandrágoras de tu hijo, Jacob duerma contigo esta noche.

16. Al anochecer, cuando Jacob volvía del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo:—Hoy te acostarás conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.Y Jacob durmió con ella esa noche.

17. Dios escuchó a Lea, y ella quedó embarazada y le dio a Jacob un quinto hijo.

18. Entonces dijo Lea: «Dios me ha recompensado, porque yo le entregué mi criada a mi esposo.» Por eso lo llamó Isacar.

19. Lea quedó embarazada de nuevo, y le dio a Jacob un sexto hijo.

20. «Dios me ha favorecido con un buen regalo —dijo Lea—. Esta vez mi esposo se quedará conmigo, porque le he dado seis hijos.» Por eso lo llamó Zabulón.

21. Luego Lea dio a luz una hija, a la cual llamó Dina.

22. Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.

23. Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi desgracia.»

24. Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera el Señor darme otro hijo.»

25. Después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán:—Déjame regresar a mi hogar y a mi propia tierra.

26. Dame las mujeres por las que te he servido, y mis hijos, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.

27. Pero Labán le contestó:—Por favor, quédate. He sabido por adivinación que, gracias a ti, el Señor me ha bendecido.

28. Y le propuso:—Fija tú mismo el salario que quieras ganar, y yo te lo pagaré.

29. Jacob le respondió:—Tú bien sabes cómo he trabajado, y cómo gracias a mis desvelos han mejorado tus animales.

30. Lo que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, el Señor te ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia.

31. —¿Cuánto quieres que te pague? —preguntó Labán.—No tienes que pagarme nada —respondió Jacob—. Si aceptas lo que estoy por proponerte, seguiré cuidando tus ovejas.

32. Hoy, cuando pase yo con todo tu rebaño, tú irás apartando toda oveja manchada o moteada, y todos los corderos negros, y todos los cabritos manchados o moteados. Ellos serán mi salario.

Leer capítulo completo Génesis 30