Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Génesis 27:30-44 Nueva Versión Internacional (NVI)

30. No bien había terminado Isaac de bendecir a Jacob, y éste de salir de la presencia de su padre, cuando Esaú volvió de cazar.

31. También él preparó un guiso, se lo llevó a su padre y le dijo:—Levántate, padre mío, y come de lo que ha cazado tu hijo. Luego podrás darme tu bendición.

32. Pero Isaac lo interrumpió:—¿Quién eres tú?—Soy Esaú, tu hijo primogénito —respondió.

33. Isaac comenzó a temblar y, muy sobresaltado, dijo:—¿Quién fue el que ya me trajo lo que había cazado? Poco antes de que llegaras, yo me lo comí todo. Le di mi bendición, y bendecido quedará.

34. Al escuchar Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito aterrador y, lleno de amargura, le dijo:—¡Padre mío, te ruego que también a mí me bendigas!

35. Pero Isaac le respondió:—Tu hermano vino y me engañó, y se llevó la bendición que a ti te correspondía.

36. —¡Con toda razón le pusieron Jacob! —replicó Esaú—. Ya van dos veces que me engaña: primero me quita mis derechos de primogénito, y ahora se lleva mi bendición. ¿No te queda ninguna bendición para mí?

37. Isaac le respondió:—Ya lo he puesto por señor tuyo: todos sus hermanos serán siervos suyos; lo he sustentado con trigo y con vino. ¿Qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío?

38. Pero Esaú insistió:—¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí!Y se echó a llorar.

39. Entonces su padre le dijo:«Vivirás lejos de las riquezas de la tierra,lejos del rocío que cae del cielo.

40. Gracias a tu espada,vivirás y servirás a tu hermano.Pero cuando te impacientes,te librarás de su opresión.»

41. A partir de ese momento, Esaú guardó un profundo rencor hacia su hermano por causa de la bendición que le había dado su padre, y pensaba: «Ya falta poco para que hagamos duelo por mi padre; después de eso, mataré a mi hermano Jacob.»

42. Cuando Rebeca se enteró de lo que estaba pensando Esaú, mandó llamar a Jacob, y le dijo:—Mira, tu hermano Esaú está planeando matarte para vengarse de ti.

43. Por eso, hijo mío, obedéceme: Prepárate y huye en seguida a Jarán, a la casa de mi hermano Labán,

44. y quédate con él por un tiempo, hasta que se calme el enojo de tu hermano.

Leer capítulo completo Génesis 27