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Génesis 21:6-23 Nueva Versión Internacional (NVI)

6. Sara dijo entonces: «Dios me ha hecho reír, y todos los que se enteren de que he tenido un hijo, se reirán conmigo.

7. ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? Sin embargo, le he dado un hijo en su vejez.»

8. El niño Isaac creció y fue destetado. Ese mismo día, Abraham hizo un gran banquete.

9. Pero Sara se dio cuenta de que el hijo que Agar la egipcia le había dado a Abraham se burlaba de su hijo Isaac.

10. Por eso le dijo a Abraham:—¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo! El hijo de esa esclava jamás tendrá parte en la herencia con mi hijo Isaac.

11. Este asunto angustió mucho a Abraham porque se trataba de su propio hijo.

12. Pero Dios le dijo a Abraham: «No te angusties por el muchacho ni por la esclava. Hazle caso a Sara, porque tu descendencia se establecerá por medio de Isaac.

13. Pero también del hijo de la esclava haré una gran nación, porque es hijo tuyo.»

14. Al día siguiente, Abraham se levantó de madrugada, tomó un pan y un odre de agua, y se los dio a Agar, poniéndoselos sobre el hombro. Luego le entregó a su hijo y la despidió. Agar partió y anduvo errante por el desierto de Berseba.

15. Cuando se acabó el agua del odre, puso al niño debajo de un arbusto

16. y fue a sentarse sola a cierta distancia, pues pensaba: «No quiero ver morir al niño.» En cuanto ella se sentó, comenzó a llorar desconsoladamente.

17. Cuando Dios oyó al niño sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño.

18. Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación.»

19. En ese momento Dios le abrió a Agar los ojos, y ella vio un pozo de agua. En seguida fue a llenar el odre y le dio de beber al niño.

20. Dios acompañó al niño, y éste fue creciendo; vivió en el desierto y se convirtió en un experto arquero;

21. habitó en el desierto de Parán y su madre lo casó con una egipcia.

22. En aquel tiempo Abimélec, que estaba acompañado por Ficol, jefe de su ejército, le dijo a Abraham:—Dios está contigo en todo lo que haces.

23. Júrame ahora, por Dios mismo, que no me tratarás a mí con falsedad, ni tampoco a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame que a mí y al país que te ha recibido como extranjero nos tratarás con la misma lealtad con que yo te he tratado.

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