Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 24:18-27 Nueva Versión Internacional (NVI)

18. Por la mañana le hablé al pueblo, y por la tarde murió mi esposa. A la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado.

19. La gente del pueblo me preguntó: «¿No nos vas a explicar qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo?»

20. Yo les contesté: «El Señor me dirigió la palabra y me ordenó

21. advertirle al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: “Voy a profanar mi santuario, orgullo de su fortaleza, el templo que les deleita la vista y en el que depositan su afecto. Los hijos y las hijas que ustedes dejaron morirán a filo de espada,

22. y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba ni comerán el pan de duelo.

23. Llevarán el turbante sobre la cabeza y se calzarán los pies. No llorarán ni harán lamentos, sino que se pudrirán a causa de sus pecados y gemirán unos con otros.

24. Ezequiel les servirá de señal, y ustedes harán lo mismo que él hizo. Cuando esto suceda, sabrán que yo soy el Señor omnipotente.”

25. »Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fortaleza, su alegría y su gozo, el templo que les deleita la vista, el deseo de su corazón, y a sus hijos e hijas,

26. vendrá un fugitivo a comunicarte la noticia.

27. Ese mismo día se te soltará la lengua y dejarás de estar mudo. Entonces podrás hablar con el fugitivo; servirás de señal para ellos, y sabrán que yo soy el Señor.»

Leer capítulo completo Ezequiel 24