33. Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.
34. Los sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estaban esparcidos, y los reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible.
35. Los llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí los juzgaré cara a cara.
36. Así como juzgué a sus antepasados en el desierto de Egipto, también los juzgaré a ustedes. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.
37. Así como el pastor selecciona sus ovejas, también yo los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los seleccionaré para que formen parte de la alianza.
38. Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor.
39. »”En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, así dice el Señor omnipotente: Si no quieren obedecerme, ¡vayan y adoren a sus ídolos malolientes! Pero no sigan profanando mi santo nombre con sus ofrendas y sus ídolos apestosos.
40. Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré sus ofrendas y sus primicias, junto con todo lo que quieran dedicarme.
41. Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las naciones los recibiré como incienso agradable y les manifestaré mi santidad.
42. Y cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a sus antepasados que les daría, entonces reconocerán que yo soy el Señor.
43. Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron, y sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron.
44. Pueblo de Israel, cuando yo actúe en favor de ustedes, en honor a mi nombre y no según su mala conducta y sus obras corruptas, entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.”»
45. El Señor me dirigió la palabra:
46. «Hijo de hombre, mira hacia el sur y en esa dirección profetiza contra el bosque del Néguev.
47. Dile: “Escucha, bosque del Néguev, la palabra del Señor. Así dice el Señor omnipotente: ‘En medio de ti voy a prender un fuego que devorará todos los árboles, tanto los secos como los verdes. Este incendio no se podrá apagar, y quemará toda la superficie, de norte a sur.
48. Todos los mortales verán que yo, el Señor, lo he encendido, y no podrá apagarse.’”»
49. Entonces yo exclamé: «¡Ay, Señor omnipotente, todo el mundo anda diciendo que soy un charlatán!»