Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Ezequiel 16:22-30 Nueva Versión Internacional (NVI)

22. En todas tus repugnantes prácticas y prostituciones no te acordaste de los días de tu infancia, cuando estabas completamente desnuda y te revolcabas en tu propia sangre.

23. »”¡Ay de ti, ay de ti! —afirma el Señor omnipotente—. Para colmo de tus perversidades,

24. construiste prostíbulos en cada plaza.

25. ¡No hubo esquina donde no te exhibieras para prostituirte! Te abriste de piernas a cualquiera que pasaba, y fornicaste sin cesar.

26. Te acostaste con los egipcios, tus vecinos de grandes genitales, y para enfurecerme multiplicaste tus fornicaciones.

27. Yo levanté mi mano para castigarte y reduje tu territorio; te entregué a las ciudades filisteas, que se avergonzaban de tu conducta depravada.

28. Una y otra vez fornicaste con los asirios, porque eras insaciable.

29. Lo mismo hiciste con los comerciantes de Babilonia, y ni así quedaste satisfecha.

30. »”¡Qué mente tan depravada la tuya! —afirma el Señor omnipotente—. ¡Te comportabas como una vil prostituta!

Leer capítulo completo Ezequiel 16