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2 Samuel 18:11-28 Nueva Versión Internacional (NVI)

11. —¡Cómo! —exclamó Joab—. ¿Lo viste y no lo mataste ahí mismo? Te habría dado diez monedas de plata y un cinturón.

12. Pero el hombre respondió:—Aun si recibiera mil monedas, yo no alzaría la mano contra el hijo del rey. Todos oímos cuando el rey les ordenó a usted, a Abisay y a Itay que no le hicieran daño al joven Absalón.

13. Si yo me hubiera arriesgado, me habrían descubierto, pues nada se le escapa al rey; y usted, por su parte, me habría abandonado.

14. —No voy a malgastar mi tiempo contigo —replicó Joab.Acto seguido, agarró tres lanzas y fue y se las clavó en el pecho a Absalón, que todavía estaba vivo en medio de la encina.

15. Luego, diez de los escuderos de Joab rodearon a Absalón y lo remataron.

16. Entonces Joab mandó tocar la trompeta para detener a las tropas, y dejaron de perseguir a los israelitas.

17. Después tomaron el cuerpo de Absalón, lo tiraron en un hoyo grande que había en el bosque, y sobre su cadáver amontonaron muchísimas piedras. Mientras tanto, todos los israelitas huyeron a sus hogares.

18. En vida, Absalón se había erigido una estela en el valle del Rey, pues pensaba: «No tengo ningún hijo que conserve mi memoria.» Así que a esa estela le puso su propio nombre, y por eso hasta la fecha se conoce como la Estela de Absalón.

19. Ajimaz hijo de Sadoc le propuso a Joab:—Déjame ir corriendo para avisarle al rey que el Señor lo ha librado del poder de sus enemigos.

20. —No le llevarás esta noticia hoy —le respondió Joab—. Podrás hacerlo en otra ocasión, pero no hoy, pues ha muerto el hijo del rey.

21. Entonces Joab se dirigió a un soldado cusita y le ordenó:—Ve tú y dile al rey lo que has visto.El cusita se inclinó ante Joab y salió corriendo.

22. Pero Ajimaz hijo de Sadoc insistió:—Pase lo que pase, déjame correr con el cusita.—Pero muchacho —respondió Joab—, ¿para qué quieres ir? ¡Ni pienses que te van a dar una recompensa por la noticia!

23. —Pase lo que pase, quiero ir.—Anda, pues.Ajimaz salió corriendo por la llanura y se adelantó al cusita.

24. Mientras tanto, David se hallaba sentado en el pasadizo que está entre las dos puertas de la ciudad. El centinela, que había subido al muro de la puerta, alzó la vista y vio a un hombre que corría solo.

25. Cuando el centinela se lo anunció al rey, éste comentó:—Si viene solo, debe de traer buenas noticias.Pero mientras el hombre seguía corriendo y se acercaba,

26. el centinela se dio cuenta de que otro hombre corría detrás de él, así que le anunció al guarda de la puerta:—¡Por ahí viene otro hombre corriendo solo!—Ése también debe de traer buenas noticias —dijo el rey.

27. El centinela añadió:—Me parece que el primero corre como Ajimaz hijo de Sadoc.—Es un buen hombre —comentó el rey—; seguro que trae buenas noticias.

28. Ajimaz llegó y saludó al rey postrándose rostro en tierra, y le dijo:—¡Bendito sea el Señor, Dios de Su Majestad, pues nos ha entregado a los que se habían rebelado en contra suya!

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