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2 Samuel 16:9-21 Nueva Versión Internacional (NVI)

9. Abisay hijo de Sarvia le dijo al rey:—¿Cómo se atreve este perro muerto a maldecir a Su Majestad? ¡Déjeme que vaya y le corte la cabeza!

10. Pero el rey respondió:—Esto no es asunto mío ni de ustedes, hijos de Sarvia. A lo mejor el Señor le ha ordenado que me maldiga. Y si es así, ¿quién se lo puede reclamar?

11. Dirigiéndose a Abisay y a todos sus oficiales, David añadió:—Si el hijo de mis entrañas intenta quitarme la vida, ¡qué no puedo esperar de este benjaminita! Déjenlo que me maldiga, pues el Señor se lo ha mandado.

12. A lo mejor el Señor toma en cuenta mi aflicción y me paga con bendiciones las maldiciones que estoy recibiendo.

13. David y sus hombres reanudaron el viaje. Simí, por su parte, los seguía por la ladera del monte, maldiciendo a David, tirándole piedras y levantando polvo.

14. El rey y quienes lo acompañaban llegaron agotados a su destino, así que descansaron allí.

15. Mientras tanto, Absalón y todos los israelitas que lo seguían habían entrado en Jerusalén; también Ajitofel lo acompañaba.

16. Entonces Husay el arquita, amigo de David, fue a ver a Absalón y exclamó:—¡Viva el rey! ¡Viva el rey!

17. Absalón le preguntó:—¿Así muestras tu lealtad a tu amigo? ¿Cómo es que no te fuiste con él?

18. —De ningún modo —respondió Husay—. Soy más bien amigo del elegido del Señor, elegido también por este pueblo y por todos los israelitas. Así que yo me quedo con usted.

19. Además, ¿a quién voy a servir? Serviré al hijo, como antes serví al padre.

20. Luego le dijo Absalón a Ajitofel:—Pónganse a pensar en lo que debemos hacer.

21. Ajitofel le respondió:—Acuéstese usted con las concubinas que su padre dejó al cuidado del palacio. De ese modo todos los israelitas se darán cuenta de que Su Majestad ha roto con su padre, y quienes lo apoyan a usted se fortalecerán en el poder.

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