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2 Samuel 15:5-20 Nueva Versión Internacional (NVI)

5. Además de esto, si alguien se le acercaba para inclinarse ante él, Absalón le tendía los brazos, lo abrazaba y lo saludaba con un beso.

6. Esto hacía Absalón con todos los israelitas que iban a ver al rey para que les resolviera algún asunto, y así fue ganándose el cariño del pueblo.

7. Al cabo de cuatro años, Absalón le dijo al rey:—Permítame Su Majestad ir a Hebrón, a cumplir un voto que le hice al Señor.

8. Cuando vivía en Guesur de Aram, hice este voto: “Si el Señor me concede volver a Jerusalén, le ofreceré un sacrificio.”

9. —Vete tranquilo —respondió el rey.Absalón emprendió la marcha a Hebrón,

10. pero al mismo tiempo envió mensajeros por todas las tribus de Israel con este mensaje: «Tan pronto como oigan el toque de trompeta, exclamen: “¡Absalón reina en Hebrón!”»

11. Además, desde Jerusalén llevó Absalón a doscientos invitados, los cuales lo acompañaron de buena fe y sin sospechar nada.

12. Luego, mientras celebraba los sacrificios, Absalón mandó llamar a un consejero de su padre David, el cual se llamaba Ajitofel y era del pueblo de Guiló. Así la conspiración fue tomando fuerza, y el número de los que seguían a Absalón crecía más y más.

13. Un mensajero le llevó a David esta noticia: «Todos los israelitas se han puesto de parte de Absalón.»

14. Entonces David les dijo a todos los oficiales que estaban con él en Jerusalén:—¡Vámonos de aquí! Tenemos que huir, pues de otro modo no podremos escapar de Absalón. Démonos prisa, no sea que él se nos adelante. Si nos alcanza, nos traerá la ruina y pasará a toda la gente a filo de espada.

15. —Como diga Su Majestad —respondieron los oficiales—; nosotros estamos para servirle.

16. De inmediato partió el rey acompañado de toda la corte, con excepción de diez concubinas que dejó para cuidar el palacio.

17. Habiendo salido del palacio con todo su séquito, se detuvo junto a la casa más lejana de la ciudad.

18. Todos sus oficiales se pusieron a su lado. Entonces los quereteos y los peleteos, y seiscientos guititas que lo habían seguido desde Gat, desfilaron ante el rey.

19. El rey se dirigió a Itay el guitita:—¿Y tú por qué vienes con nosotros? Regresa y quédate con el rey Absalón, ya que eres extranjero y has sido desterrado de tu propio país.

20. ¿Cómo voy a dejar que nos acompañes, si acabas de llegar y ni yo mismo sé a dónde vamos? Regresa y llévate a tus paisanos. ¡Y que el amor y la fidelidad de Dios te acompañen!

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