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2 Samuel 11:9-22 Nueva Versión Internacional (NVI)

9. pero en vez de irse a su propia casa, se acostó a la entrada del palacio, donde dormía la guardia real.

10. David se enteró de que Urías no había ido a su casa, así que le preguntó:—Has hecho un viaje largo; ¿por qué no fuiste a tu casa?

11. —En este momento —respondió Urías—, tanto el arca como los hombres de Israel y de Judá se guarecen en simples enramadas, y mi señor Joab y sus oficiales acampan al aire libre, ¿y yo voy a entrar en mi casa para darme un banquete y acostarme con mi esposa? ¡Tan cierto como que Su Majestad vive, que yo no puedo hacer tal cosa!

12. —Bueno, entonces quédate hoy aquí, y mañana te enviaré de regreso —replicó David.Urías se quedó ese día en Jerusalén. Pero al día siguiente

13. David lo invitó a un banquete y logró emborracharlo. A pesar de eso, Urías no fue a su casa sino que volvió a pasar la noche donde dormía la guardia real.

14. A la mañana siguiente, David le escribió una carta a Joab, y se la envió por medio de Urías.

15. La carta decía: «Pongan a Urías al frente de la batalla, donde la lucha sea más dura. Luego déjenlo solo, para que lo hieran y lo maten.»

16. Por tanto, cuando Joab ya había sitiado la ciudad, puso a Urías donde sabía que estaban los defensores más aguerridos.

17. Los de la ciudad salieron para enfrentarse a Joab, y entre los oficiales de David que cayeron en batalla también perdió la vida Urías el hitita.

18. Entonces Joab envió a David un informe con todos los detalles del combate,

19. y le dio esta orden al mensajero: «Cuando hayas terminado de contarle al rey todos los pormenores del combate,

20. tal vez se enoje y te pregunte: “¿Por qué se acercaron tanto a la ciudad para atacarla? ¿Acaso no sabían que les dispararían desde la muralla?

21. ¿Quién mató a Abimélec hijo de Yerubéset? ¿No fue acaso una mujer la que le arrojó una piedra de molino desde la muralla de Tebes y lo mató? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla?” Pues si te hace estas preguntas, respóndele: “También ha muerto Urías el hitita, siervo de Su Majestad.”»

22. El mensajero partió, y al llegar le contó a David todo lo que Joab le había mandado decir.

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