2. En cierta ocasión los sirios, que salían a merodear, capturaron a una muchacha israelita y la hicieron criada de la esposa de Naamán.
3. Un día la muchacha le dijo a su ama: «Ojalá el amo fuera a ver al profeta que hay en Samaria, porque él lo sanaría de su lepra.»
4. Naamán fue a contarle al rey lo que la muchacha israelita había dicho.
5. El rey de Siria le respondió:—Bien, puedes ir; yo le mandaré una carta al rey de Israel.Y así Naamán se fue, llevando treinta mil monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de ropa.