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2 Reyes 4:6-13 Nueva Versión Internacional (NVI)

6. Cuando ya todas estuvieron llenas, ella le pidió a uno de sus hijos que le pasara otra más, y él respondió: «Ya no hay.» En ese momento se acabó el aceite.

7. La mujer fue y se lo contó al hombre de Dios, quien le mandó: «Ahora ve a vender el aceite, y paga tus deudas. Con el dinero que te sobre, podrán vivir tú y tus hijos.»

8. Un día, cuando Eliseo pasaba por Sunén, cierta mujer de buena posición le insistió que comiera en su casa. Desde entonces, siempre que pasaba por ese pueblo, comía allí.

9. La mujer le dijo a su esposo: «Mira, yo estoy segura de que este hombre que siempre nos visita es un santo hombre de Dios.

10. Hagámosle un cuarto en la azotea, y pongámosle allí una cama, una mesa con una silla, y una lámpara. De ese modo, cuando nos visite, tendrá un lugar donde quedarse.»

11. En cierta ocasión Eliseo llegó, fue a su cuarto y se acostó.

12. Luego le dijo a su criado Guiezi:—Llama a la señora.El criado así lo hizo, y ella se presentó.

13. Entonces Eliseo le dijo a Guiezi:—Dile a la señora: “¡Te has tomado muchas molestias por nosotros! ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que le hable al rey o al jefe del ejército en tu favor?”Pero ella le respondió:—Yo vivo segura en medio de mi pueblo.

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