35. Cuando el Señor hizo un pacto con los israelitas, les ordenó:«No adoren a otros dioses ni se inclinen delante de ellos; no les sirvan ni les ofrezcan sacrificios.
36. Adoren sólo al Señor, que los sacó de Egipto con gran despliegue de fuerza y poder. Es a él a quien deben adorar y ofrecerle sacrificios.
37. Tengan cuidado de cumplir siempre los decretos y ordenanzas, leyes y mandamientos que él les dio por escrito. No adoren a otros dioses.
38. No olviden el pacto que él ha hecho con ustedes. Por tanto, no adoren a otros dioses,
39. sino sólo al Señor su Dios. Y él los librará del poder de sus enemigos.»
40. Sin embargo, no hicieron caso, sino que persistieron en sus antiguas costumbres.
41. Aquellos pueblos adoraban al Señor, y al mismo tiempo servían a sus propios ídolos. Hasta el día de hoy sus hijos y sus descendientes siguen actuando como sus antepasados.