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1 Samuel 4:1-15 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. La palabra de Samuel llegó a todo el pueblo de Israel. En aquellos días, los israelitas salieron a enfrentarse con los filisteos y acamparon cerca de Ebenezer. Los filisteos, que habían acampado en Afec,

2. desplegaron sus tropas para atacar a los israelitas. Se entabló la batalla, y los filisteos derrotaron a los israelitas, matando en el campo a unos cuatro mil de ellos.

3. Cuando el ejército regresó al campamento, los ancianos de Israel dijeron: «¿Por qué nos ha derrotado hoy el Señor por medio de los filisteos? Traigamos el arca del pacto del Señor, que está en Siló, para que nos acompañe y nos salve del poder de nuestros enemigos.»

4. Así que enviaron un destacamento a Siló para sacar de allá el arca del pacto del SeñorTodopoderoso, que reina entre los querubines. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finés, estaban a cargo del arca del pacto de Dios.

5. Cuando ésta llegó al campamento, los israelitas empezaron a gritar de tal manera que la tierra temblaba.

6. Los filisteos oyeron el griterío y preguntaron: «¿A qué viene tanto alboroto en el campamento hebreo?» Y al oír que el arca del Señor había llegado al campamento,

7. los filisteos se acobardaron y dijeron: «Dios ha entrado en el campamento. ¡Ay de nosotros, que nunca nos ha pasado algo así!

8. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos va a librar de las manos de dioses tan poderosos, que en el desierto hirieron a los egipcios con toda clase de plagas?

9. ¡Ánimo, filisteos! Si no quieren llegar a ser esclavos de los hebreos, tal como ellos lo han sido de nosotros, ¡ármense de valor y luchen como hombres!»

10. Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada. La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería.

11. Además, fue capturada el arca de Dios, y murieron Ofni y Finés, los dos hijos de Elí.

12. Un soldado que pertenecía a la tribu de Benjamín salió corriendo del frente de batalla, y ese mismo día llegó a Siló, con la ropa hecha pedazos y la cabeza cubierta de polvo.

13. Allí se encontraba Elí, sentado en su silla y vigilando el camino, pues su corazón le temblaba sólo de pensar en el arca de Dios. Cuando el soldado entró en el pueblo y contó lo que había sucedido, todos se pusieron a gritar.

14. —¿A qué viene tanto alboroto? —preguntó Elí, al oír el griterío.El hombre corrió para darle la noticia.

15. (Elí ya tenía noventa y ocho años, y sus ojos ni se movían, de modo que no podía ver.)

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