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1 Samuel 28:1-9 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Por aquel tiempo, los filisteos reunieron sus tropas para ir a la guerra contra Israel. Por lo tanto, Aquis le dijo a David:—Quiero que sepas que tú y tus hombres saldrán conmigo a la guerra.

2. —Está bien —respondió David—. Ya verá Su Majestad de lo que es capaz este siervo suyo.—Si es así —añadió Aquis—, de ahora en adelante te nombro mi guardaespaldas.

3. Ya Samuel había muerto. Todo Israel había hecho duelo por él, y lo habían enterrado en Ramá, que era su propio pueblo. Saúl, por su parte, había expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros.

4. Los filisteos concentraron sus fuerzas y fueron a Sunén, donde acamparon. Saúl reunió entonces a los israelitas, y armaron su campamento en Guilboa.

5. Pero cuando vio Saúl al ejército filisteo, le entró tal miedo que se descorazonó por completo.

6. Por eso consultó al Señor, pero él no le respondió ni en sueños, ni por el urim ni por los profetas.

7. Por eso Saúl les ordenó a sus oficiales:—Búsquenme a una adivina, para que yo vaya a consultarla.—Pues hay una en Endor —le respondieron.

8. Saúl se disfrazó con otra ropa y, acompañado de dos hombres, se fue de noche a ver a la mujer.—Quiero que evoques a un espíritu —le pidió Saúl—. Haz que se me aparezca el que yo te diga.

9. —¿Acaso no sabe usted lo que ha hecho Saúl? —respondió la mujer—. ¡Ha expulsado del país a los adivinos y a los hechiceros! ¿Por qué viene usted a tenderme una trampa y exponerme a la muerte?

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