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1 Samuel 24:11-20 Nueva Versión Internacional (NVI)

11. Padre mío, mire usted el borde de su manto que tengo en la mano. Yo corté este pedazo, pero a usted no lo maté. Reconozca que yo no intento hacerle mal ni traicionarlo. Usted, sin embargo, me persigue para quitarme la vida, aunque yo no le he hecho ningún agravio.

12. ¡Que el Señor juzgue entre nosotros dos! ¡Y que el Señor me vengue de usted! Pero mi mano no se alzará contra usted.

13. Como dice el antiguo refrán: “De los malos, la maldad”; por eso mi mano jamás se alzará contra usted.

14. »¿Contra quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién persigue? ¡A un perro muerto! ¡A una pulga!

15. ¡Que sea el Señor quien juzgue y dicte la sentencia entre nosotros dos! ¡Que examine mi causa, y me defienda y me libre de usted!

16. Cuando David terminó de hablar, Saúl le preguntó:—David, hijo mío, ¡pero si eres tú quien me habla!Y alzando la voz, se echó a llorar.

17. —Has actuado mejor que yo —continuó Saúl—. Me has devuelto bien por mal.

18. Hoy me has hecho reconocer lo bien que me has tratado, pues el Señor me entregó en tus manos, y no me mataste.

19. ¿Quién encuentra a su enemigo y le perdona la vida? ¡Que el Señor te recompense por lo bien que me has tratado hoy!

20. Ahora caigo en cuenta de que tú serás el rey, y de que consolidarás el reino de Israel.

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