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1 Samuel 2:16-24 Nueva Versión Internacional (NVI)

16. Y si el hombre contestaba: «Espera a que se queme la grasa, como es debido; luego podrás tomar lo que desees», el asistente replicaba: «No, dámela ahora mismo; de lo contrario, te la quito por la fuerza.»

17. Así que el pecado de estos jóvenes era gravísimo a los ojos del Señor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecían.

18. El niño Samuel, por su parte, vestido con un efod de lino, seguía sirviendo en la presencia del Señor.

19. Cada año su madre le hacía una pequeña túnica, y se la llevaba cuando iba con su esposo para ofrecer su sacrificio anual.

20. Elí entonces bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que el Señor te conceda hijos de esta mujer, a cambio del niño que ella pidió para dedicárselo al Señor.» Luego regresaban a su casa.

21. El Señor bendijo a Ana, de manera que ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Durante ese tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor.

22. Elí, que ya era muy anciano, se enteró de todo lo que sus hijos le estaban haciendo al pueblo de Israel, incluso de que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada del santuario.

23. Les dijo: «¿Por qué se comportan así? Todo el pueblo me habla de su mala conducta.

24. No, hijos míos; no es nada bueno lo que se comenta en el pueblo del Señor.

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