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1 Reyes 13:20-31 Nueva Versión Internacional (NVI)

20. Mientras estaban sentados a la mesa, la palabra del Señor vino al profeta que lo había hecho volver.

21. Entonces el profeta le anunció al hombre de Dios que había llegado de Judá:—Así dice el Señor: “Has desafiado la palabra del Señor y no has cumplido la orden que el Señor tu Dios te dio.

22. Has vuelto para comer pan y beber agua en el lugar donde él te dijo que no lo hicieras. Por lo tanto, no será sepultado tu cuerpo en la tumba de tus antepasados.”

23. Cuando el hombre de Dios terminó de comer y beber, el profeta que lo había hecho volver le aparejó un asno,

24. y el hombre de Dios se puso en camino. Pero un león le salió al paso y lo mató, dejándolo tendido en el camino. Sin embargo, el león y el asno se quedaron junto al cuerpo.

25. Al ver el cuerpo tendido, y al león cuidando el cuerpo, los que pasaban por el camino llevaron la noticia a la ciudad donde vivía el profeta anciano.

26. Cuando el profeta que lo había hecho volver de su viaje se enteró de eso, dijo: «Ahí tienen al hombre de Dios que desafió la palabra del Señor. Por eso el Señor lo entregó al león, que lo ha matado y despedazado, como la palabra del Señor se lo había advertido.»

27. Luego el profeta les dijo a sus hijos: «Aparéjenme el asno.» En cuanto lo hicieron,

28. el profeta salió y encontró el cuerpo tendido en el camino, con el asno y el león junto a él. El león no se había comido el cadáver, ni había despedazado al asno.

29. Entonces el profeta levantó el cadáver del hombre de Dios, lo puso sobre el asno y se lo llevó de vuelta a la ciudad para hacer duelo por él y enterrarlo.

30. Luego lo puso en la tumba de su propiedad, e hicieron duelo por él, clamando: «¡Ay, hermano mío!»

31. Después de enterrarlo, el profeta les dijo a sus hijos: «Cuando yo muera, entiérrenme en la misma tumba donde está enterrado el hombre de Dios, y pongan mis huesos junto a los suyos.

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