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1 Reyes 13:1-8 Nueva Versión Internacional (NVI)

1. Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá hasta Betel en obediencia a la palabra del Señor. Cuando Jeroboán, de pie junto al altar, se disponía a quemar incienso,

2. el hombre de Dios, en obediencia a la palabra del Señor, gritó: «¡Altar, altar! Así dice el Señor: “En la familia de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a estos sacerdotes de altares paganos que aquí queman incienso. ¡Sobre ti se quemarán huesos humanos!”»

3. Aquel mismo día el hombre de Dios ofreció una señal: «Ésta es la señal que el Señor les da: ¡El altar será derribado, y las cenizas se esparcirán!»

4. Al oír la sentencia que el hombre de Dios pronunciaba contra el altar de Betel, el rey extendió el brazo desde el altar y dijo: «¡Agárrenlo!» Pero el brazo que había extendido contra el hombre se le paralizó, de modo que no podía contraerlo.

5. En ese momento el altar se vino abajo y las cenizas se esparcieron, según la señal que, en obediencia a la palabra del Señor, les había dado el hombre de Dios.

6. Entonces el rey le dijo al hombre de Dios:—¡Apacigua al Señor tu Dios! ¡Ora por mí, para que se me cure el brazo!El hombre de Dios suplicó al Señor, y al rey se le curó el brazo, quedándole como antes.

7. Luego el rey le dijo al hombre de Dios:—Ven a casa conmigo, y come algo; además, quiero hacerte un regalo.

8. Pero el hombre de Dios le respondió al rey:—Aunque usted me diera la mitad de sus posesiones, no iría a su casa. Aquí no comeré pan ni beberé agua,

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