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Mateo 27:40-53 Nueva Traducción Viviente (NTV)

40. «¡Pero mírate ahora! —le gritaban—. Dijiste que ibas a destruir el templo y a reconstruirlo en tres días. Muy bien, si eres el Hijo de Dios, sálvate a ti mismo y bájate de la cruz».

41. Los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos también se burlaban de Jesús.

42. «Salvó a otros —se mofaban—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! Con que es el Rey de Israel, ¿no? ¡Que baje de la cruz ahora mismo y creeremos en él!

43. Confió en Dios, entonces, ¡que Dios lo rescate ahora si lo quiere! Pues dijo: “Soy el Hijo de Dios”».

44. Hasta los revolucionarios que estaban crucificados con Jesús se burlaban de él de la misma manera.

45. Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.

46. A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli, ¿lema sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

47. Algunos que pasaban por allí entendieron mal y pensaron que estaba llamando al profeta Elías.

48. Uno de ellos corrió y empapó una esponja en vino agrio, la puso sobre una caña de junco y la levantó para que pudiera beber.

49. Pero los demás dijeron: «¡Espera! A ver si Elías viene a salvarlo».

50. Entonces Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu.

51. En ese momento, la cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron en dos,

52. y las tumbas se abrieron. Los cuerpos de muchos hombres y mujeres justos que habían muerto resucitaron.

53. Salieron del cementerio luego de la resurrección de Jesús, entraron en la santa ciudad de Jerusalén y se aparecieron a mucha gente.

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