20. Cuando juran “por el altar”, juran por el altar y por todo lo que hay encima.
21. Cuando juran “por el templo”, no solo juran por el templo sino por Dios, quien vive allí.
22. Y cuando juran “por el cielo”, juran por el trono y por Dios, quien se sienta en el trono.
23. »¡Qué aflicción les espera, maestros de la ley religiosa y fariseos! ¡Hipócritas! Pues se cuidan de dar el diezmo sobre el más mínimo ingreso de sus jardines de hierbas, pero pasan por alto los aspectos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Es cierto que deben diezmar, pero sin descuidar las cosas más importantes.
24. ¡Guías ciegos! ¡Cuelan el agua para no tragarse por accidente un mosquito, pero se tragan un camello!