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Mateo 21:7-23 Nueva Traducción Viviente (NTV)

7. Llevaron la burra y su cría, pusieron sus prendas sobre la cría, y Jesús se sentó allí.

8. De la multitud presente, la mayoría tendió sus prendas sobre el camino delante de él, y otros cortaron ramas de los árboles y las extendieron sobre el camino.

9. Jesús estaba en el centro de la procesión, y toda la gente que lo rodeaba gritaba:«¡Alaben a Dios por el Hijo de David!¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!¡Alaben a Dios en el cielo más alto!».

10. Toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada a medida que Jesús entraba. «¿Quién es este?», preguntaban.

11. Y las multitudes contestaban: «Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea».

12. Jesús entró en el templo y comenzó a echar a todos los que compraban y vendían animales para el sacrificio. Volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas.

13. Les dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración”, ¡pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones!».

14. Los ciegos y los cojos se acercaron a Jesús en el templo y él los sanó.

15. Los principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa vieron esos milagros maravillosos y oyeron que hasta los niños en el templo gritaban: «Alaben a Dios por el Hijo de David».Sin embargo, los líderes estaban indignados.

16. Le preguntaron a Jesús:—¿Oyes lo que dicen esos niños?—Sí —contestó Jesús—. ¿No han leído las Escrituras? Pues dicen: “A los niños y a los bebés les has enseñado a darte alabanza”.

17. Luego regresó a Betania, donde pasó la noche.

18. Por la mañana, cuando Jesús regresaba a Jerusalén, tuvo hambre

19. y vio que había una higuera junto al camino. Se acercó para ver si tenía higos, pero solo había hojas. Entonces le dijo: «¡Que jamás vuelva a dar fruto!». De inmediato, la higuera se marchitó.

20. Al ver eso los discípulos quedaron asombrados y le preguntaron:—¿Cómo se marchitó tan rápido la higuera?

21. Entonces Jesús les dijo:—Les digo la verdad, si tienen fe y no dudan, pueden hacer cosas como esa y mucho más. Hasta pueden decirle a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá.

22. Ustedes pueden orar por cualquier cosa, y si tienen fe la recibirán.

23. Cuando Jesús regresó al templo y comenzó a enseñar, se le acercaron los principales sacerdotes y los ancianos.—¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron—. ¿Quién te dio el derecho?

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