Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Mateo 21:24-37 Nueva Traducción Viviente (NTV)

24. —Les diré con qué autoridad hago estas cosas si me contestan una pregunta —respondió Jesús—.

25. La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana?Ellos discutieron el asunto unos con otros: «Si decimos que provenía del cielo, nos preguntará por qué no le creímos a Juan;

26. pero si decimos que era meramente humana, la multitud se volverá contra nosotros porque todos creen que Juan era un profeta».

27. Entonces finalmente contestaron:—No sabemos.Y Jesús respondió:—Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.

28. »¿Pero qué piensan de lo siguiente? Un hombre con dos hijos le dijo al mayor: “Hijo, ve a trabajar al viñedo hoy”.

29. El hijo le respondió: “No, no iré”, pero más tarde cambió de idea y fue.

30. Entonces el padre le dijo al otro hijo: “Ve tú”, y él le dijo: “Sí, señor, iré”; pero no fue.

31. »¿Cuál de los dos obedeció al padre?Ellos contestaron:—El primero.Luego Jesús explicó el significado:—Les digo la verdad, los corruptos cobradores de impuestos y las prostitutas entrarán en el reino de Dios antes que ustedes.

32. Pues Juan el Bautista vino y les mostró a ustedes la manera correcta de vivir, pero ustedes no le creyeron, mientras que los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. Aun viendo lo que ocurría, ustedes se negaron a creerle y a arrepentirse de sus pecados.

33. »Ahora, escuchen otra historia. Cierto propietario plantó un viñedo, lo cercó con un muro, cavó un hoyo para extraer el jugo de las uvas y construyó una torre de vigilancia. Luego les alquiló el viñedo a unos agricultores arrendatarios y se mudó a otro país.

34. Llegado el tiempo de la cosecha de la uva, envió a sus siervos para recoger su parte de la cosecha.

35. Pero los agricultores agarraron a los siervos, golpearon a uno, mataron a otro y apedrearon a un tercero.

36. Entonces el dueño de la tierra envió a un grupo más numeroso de siervos para recoger lo que era suyo, pero el resultado fue el mismo.

37. »Finalmente, el dueño envió a su propio hijo porque pensó: “Sin duda, respetarán a mi hijo”.

Leer capítulo completo Mateo 21