11. —No todos pueden aceptar esta palabra —dijo Jesús—. Solo aquellos que reciben la ayuda de Dios.
12. Algunos nacen como eunucos, a otros los hacen eunucos, y otros optan por no casarse por amor al reino del cielo. El que pueda, que lo acepte.
13. Cierto día, algunos padres llevaron a sus niños a Jesús para que pusiera sus manos sobre ellos y orara por ellos. Pero los discípulos regañaron a los padres por molestar a Jesús.
14. Pero Jesús les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños».
15. Entonces les puso las manos sobre la cabeza y los bendijo antes de irse.
16. Alguien se acercó a Jesús con la siguiente pregunta:—Maestro, ¿qué buena acción tengo que hacer para tener la vida eterna?
17. —¿Por qué me preguntas a mí sobre lo que es bueno? —respondió Jesús—. Solo hay Uno que es bueno; pero para contestar a tu pregunta, si deseas recibir la vida eterna, cumple los mandamientos.
18. —¿Cuáles? —preguntó el hombre.Y Jesús le contestó:—“No cometas asesinato; no cometas adulterio; no robes; no des falso testimonio;
19. honra a tu padre y a tu madre; ama a tu prójimo como a ti mismo”.
20. —He obedecido todos esos mandamientos —respondió el joven—. ¿Qué más debo hacer?
21. Jesús le dijo:—Si deseas ser perfecto, anda, vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme.
22. Cuando el joven escuchó lo que Jesús le dijo, se fue triste porque tenía muchas posesiones.
23. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «Les digo la verdad, es muy difícil que una persona rica entre en el reino del cielo.
24. Lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios».