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Mateo 16:11-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)

11. ¿Por qué no pueden entender que no hablo de pan? Una vez más les digo: “Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y de los saduceos”».

12. Entonces, al fin, comprendieron que no les hablaba de la levadura del pan, sino de las enseñanzas engañosas de los fariseos y de los saduceos.

13. Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, les preguntó a sus discípulos:—¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?

14. —Bueno —contestaron—, algunos dicen Juan el Bautista, otros dicen Elías, y otros dicen Jeremías o algún otro profeta.

15. Entonces les preguntó:—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

16. Simón Pedro contestó:—Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente.

17. Jesús respondió:—Bendito eres, Simón hijo de Juan, porque mi Padre que está en el cielo te lo ha revelado. No lo aprendiste de ningún ser humano.

18. Ahora te digo que tú eres Pedro (que quiere decir “roca”), y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no la conquistará.

19. Y te daré las llaves del reino del cielo. Todo lo que prohíbas en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitas en la tierra será permitido en el cielo.

20. Luego advirtió severamente a los discípulos que no le contaran a nadie que él era el Mesías.

21. A partir de entonces, Jesús empezó a decir claramente a sus discípulos que era necesario que fuera a Jerusalén, y que sufriría muchas cosas terribles a manos de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero al tercer día resucitaría.

22. Entonces Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo por decir semejantes cosas.—¡Dios nos libre, Señor! —dijo—. Eso jamás te sucederá a ti.

23. Jesús se dirigió a Pedro y le dijo:—¡Aléjate de mí, Satanás! Representas una trampa peligrosa para mí. Ves las cosas solamente desde el punto de vista humano, no desde el punto de vista de Dios.

24. Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta de vivir, tomar su cruz y seguirme.

25. Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás.

26. ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero pero pierdes tu propia alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma?

27. Pues el Hijo del Hombre vendrá con sus ángeles en la gloria de su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones.

28. Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán antes de ver al Hijo del Hombre llegar en su reino».

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