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Mateo 15:24-30 Nueva Traducción Viviente (NTV)

24. Entonces Jesús le dijo a la mujer:—Fui enviado para ayudar solamente a las ovejas perdidas de Dios, el pueblo de Israel.

25. Ella se acercó y lo adoró, y le rogó una vez más:—¡Señor, ayúdame!

26. Jesús le respondió:—No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros.

27. —Es verdad, Señor —respondió la mujer—, pero hasta a los perros se les permite comer las sobras que caen bajo la mesa de sus amos.

28. —Apreciada mujer —le dijo Jesús—, tu fe es grande. Se te concede lo que pides.Y al instante la hija se sanó.

29. Jesús regresó al mar de Galilea, subió a una colina y se sentó.

30. Una inmensa multitud le llevó a personas cojas, ciegas, lisiadas, mudas y a muchas más. Las pusieron delante de Jesús y él las sanó a todas.

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