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Mateo 14:14-30 Nueva Traducción Viviente (NTV)

14. Cuando Jesús bajó de la barca, vio a la gran multitud, tuvo compasión de ellos y sanó a los enfermos.

15. Esa tarde, los discípulos se le acercaron y le dijeron:—Este es un lugar alejado y ya se está haciendo tarde. Despide a las multitudes para que puedan ir a las aldeas a comprarse comida.

16. Jesús les dijo:—Eso no es necesario; denles ustedes de comer.

17. —¡Pero lo único que tenemos son cinco panes y dos pescados! —le respondieron.

18. —Tráiganlos aquí —dijo Jesús.

19. Luego le dijo a la gente que se sentara sobre la hierba. Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, miró hacia el cielo y los bendijo. Después partió los panes en trozos y se los dio a sus discípulos, quienes los distribuyeron entre la gente.

20. Todos comieron cuanto quisieron, y después los discípulos juntaron doce canastas con lo que sobró.

21. Aquel día, ¡unos cinco mil hombres se alimentaron, además de las mujeres y los niños!

22. Inmediatamente después, Jesús insistió en que los discípulos regresaran a la barca y cruzaran al otro lado del lago mientras él enviaba a la gente a casa.

23. Después de despedir a la gente, subió a las colinas para orar a solas. Mientras estaba allí solo, cayó la noche.

24. Mientras tanto, los discípulos se encontraban en problemas lejos de tierra firme, ya que se había levantado un fuerte viento y luchaban contra grandes olas.

25. A eso de las tres de la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el agua.

26. Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, quedaron aterrados. Llenos de miedo, clamaron: «¡Es un fantasma!».

27. Pero Jesús les habló de inmediato: —No tengan miedo —dijo—. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!

28. Entonces Pedro lo llamó:—Señor, si realmente eres tú, ordéname que vaya hacia ti caminando sobre el agua.

29. —Sí, ven —dijo Jesús.Entonces Pedro se bajó por el costado de la barca y caminó sobre el agua hacia Jesús,

30. pero cuando vio el fuerte viento y las olas, se aterrorizó y comenzó a hundirse.—¡Sálvame, Señor! —gritó.

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